Pensamiento único

Para Gramsci, una sociedad aparentemente libre y culturalmente diversa es en realidad dominada por una de sus clases sociales: las percepciones, explicaciones, valores y creencias de ese sector llegan a ser vistos como la norma, transformándose en los estándares de validez universal o de referencia en tal sociedad, como lo que beneficia a todos cuando en realidad solo beneficia o beneficia preferencialmente a un sector dado. El pensamiento propio sin una contrainformación que discuta la llamada “opinión pública” no es pensamiento propio.

Esto se puede traducir hoy en que un grandísimo porcentaje de la población desprestigia los discursos de protesta dados en los premios Goya, alegando “hipocresía”, “demagogia” y esos términos que tanto les gustan a los que no saben más que eso, o a los que utilizan esos términos para, efectivamente, proteger sus privilegios ante la amenaza de un pueblo unido contra ellos. Se dice (y la gente acepta ese discurso por su simplismo) que llevando un traje elegante y cobrando lo que cobra un actor (ni lo se, ni me interesa) no se puede protestar contra una serie de injusticias. Lo curioso es que es un pensamiento profundamente insertado en el seno de la clase obrera (la “gente normal” que dice Pablo Iglesias), y se ve en otros casos como el de Gordillo viajando en Bussines, sindicalistas con “rólex” o comunistas con iPhones. Las personas que critican esas actitudes de sus semejantes, normalmente critican las opuestas. Es decir, que si Javier Bardem protestara siendo un muerto de hambre y sin esos recursos, efectivamente, se diría que “MENOS QUEJARSE Y MÁS CURRAR”, y que si está así es “porque no se ha esforzado”. Si Gordillo viaja en Bussines, es un hipócrita y derrochador, pero si viajara en autobús (que lo hace), sería un populista. Si un político de izquierdas se pasa el día en su despacho, es un hipócrita que habla mucho y hace poco, mientras que si saliera a la calle a protestar y se viera implicado en las revueltas o ayudara a parar un desahucio con la fuerza, sería un violento. 

Mi conclusión: siempre va a haber algo con lo que criticar a la gente que hace cualquier cosa por la justicia social, así que a tomar por saco TODO lo que opine la gente que opina desde la ignorancia, que no es más que el conocimiento proporcionado por la superestructura capitalista y que tan gustosamente engullís. 

Para todo lo demás, MasterCard.